Recuerdo que en una oportunidad bajé a la cocina de la empresa donde trabajaba; eran como las 5:30 de la tarde y me encontré a un colega preparándose un café. Extrañado, le pregunté que por qué tomaba un café a las 5:30 pm cuando ya pronto nos iríamos a casa. Él, muy sabiamente, me respondió: «Ahora voy a mi segundo trabajo y no hay nada más sabroso que comenzarlo tomando un buen cafecito».
Esa escena fue determinante para entender que el trabajo no solo es lo que hacemos en nuestras empresas, sino también lo que hacemos en nuestros hogares. Si tomamos conciencia de que nuestra familia es un trabajo que demanda, quizás seremos más conscientes de dedicarle más horas y de «mayor calidad» que las actuales.
Por esa razón, y como cualquier trabajo, es necesario llegar a tiempo para rendir y cumplir con los objetivos que nos hemos trazado.
Te podría dar un consejo que me sirvió mucho a mí: Ten un proyecto atractivo para hacer en casa, unas tareas concretas; por ejemplo: enseñar a tu hija a dominar mejor la lectura, trabajar la virtud del orden con tu hijo mayor, compartir una rica copa de vino con tu pareja mientras conversan de cosas que les gustan, etc.
Ten la seguridad de que si tus planes familiares son atractivos, dejarás algunas cosas que hacer en tu oficina para llegar a casa muy ilusionado.
Me gustaria mucho conocer tu opinión